voces del 99%
Contra la Propaganda de la
Corriente Dominante de Información
No son nuevas las campañas mediáticas de
desprestigio acerca de la República Bolivariana de Venezuela. Campañas
más o menos burdas, pero basadas en la ocultación de los logros habidos
en Venezuela en los últimos años. Igor Urrutikoetxea cita varios de
ellos y posteriormente se centra en la nueva Ley Orgánica de Trabajo, la
cual «demuestra que se puede legislar para la mayoría social
trabajadora de un país al margen de los dictados del FMI, del BM y de
otros piratas encorbatados».
Uno de esos países sobre los que los
grandes medios de comunicación del Estado español desinforman (por
tanto, mienten) cada vez que hablan es la República Bolivariana de
Venezuela. Los logros obtenidos en el periodo de gobierno de Hugo Chávez
en estos 13 años, desde el punto de vista político, económico, social,
cultural y laboral son inmensos, numerosos e indiscutibles. Así, cabe
destacar la eliminación del analfabetismo, el descenso del nivel de
pobreza, el acceso al sistema público y universal, al sistema de salud
primaria por la mayoría de las y los venezolanos con la Misión Barrio
Adentro, el establecimiento del salario mínimo más alto de
Latinoamérica, la reducción en 10 puntos del desempleo, y el impulso a
la democracia participativa mediante la Ley de Consejos Comunales
aprobada en 2006. Por eso, no es casualidad que Chávez sea el dirigente
de un Estado que a nivel mundial más elecciones ha ganado en tan breve
periodo de tiempo. Evidentemente, no todo ha sido perfecto y también ha
habido dificultades y errores, pero la valoración general de las
políticas realizadas por los diferentes gobiernos de Hugo Chávez es
sumamente positiva.
Pero el objetivo de este artículo es
centrarnos en otro gran logro del Gobierno Bolivariano de Venezuela: La
nueva Ley Orgánica del Trabajo. Esta ley está elaborada de forma
concienzuda y con un objetivo muy claro, ya que demuestra que se puede
legislar para la mayoría social trabajadora de un país al margen de los
dictados del FMI, del BM y de otros piratas encorbatados.
Nada es casual en esta LOTTT: ni su
título (Ley Orgánica del Trabajo, las trabajadoras y los trabajadores
-LOTTT-), ni el hecho de que fuese firmada por Hugo Chávez el 1 de mayo
(aunque entró en vigor el 7 de mayo), ni que sea la síntesis de un total
de 19.000 propuestas que llegaron de todo el país, después de un amplio
debate en los centros de trabajo, en los consejos comunales y en
diferentes ámbitos de la sociedad.
Su artículo 1 toma ya partido por la
defensa de la clase trabajadora al señalar que «esta Ley tiene por
objeto proteger al trabajo como hecho social y garantizar los derechos
de los trabajadores y de las trabajadoras (…)». Dice igualmente que «el
trabajo es un hecho social y goza de protección fundamental para
alcanzar los fines del Estado, la satisfacción de las necesidades
materiales morales e intelectuales del pueblo y la justa distribución de
la riqueza» (art. 18), así como que «el proceso social de trabajo tiene
como objetivo esencial, superar las formas de explotación capitalista»
(art.25). Se reafirman como principios básicos la «justicia social y la
solidaridad» y «la justa distribución de la riqueza».
Se consagra, además, el derecho al
trabajo y el deber de trabajar de las personas de acuerdo a sus
capacidades y aptitudes, lo cual incluye expresamente a las personas con
algún tipo de discapadidad.
Como toda ley, a la hora de valorar si
supone una mejora hay que compararla con la anterior Ley del Trabajo de
Venezuela, y es ahí donde vemos las ventajas que supone esta LOTTT. Así,
por ejemplo, la jornada de trabajo, que en la anterior Ley se
establecía en 44 horas semanales, pasa ahora a 40 horas semanales, pero
en el caso de la jornada nocturna se mantiene el tope en 35 horas
semanales, establecido por la Constitución venezolana de 1999. Se
establece un permiso pre y posnatal que llega a las 26 semanas (seis
meses) y la licencia de paternidad será de 14 días, además de establecer
la inamovilidad permanente de los padres en sus puestos de trabajo
cuando tengan algún hijo con discapacidad. Todos estos puntos, y muchos
más, mejoran sustancialmente la Ley precedente.
Pero la LOTTT es más garantista en muchos
aspectos que las propias recomendaciones de la OIT, y establece
cláusulas mucho más progresistas que otros códigos laborales, incluso
europeos. Así, se prohíbe la tercerización o subcontratación (arts. 47 y
48), se establece que en caso de despidos injustificados (es decir,
improcedentes), estos devienen nulos, debiendo la empresa readmitir al
trabajador o trabajadora (art. 89). Se igualan los derechos de las
trabajadoras y los trabajadores del hogar con los del resto de
trabajadores y trabajadoras. Las reclamaciones por prestaciones sociales
que puede realizar un trabajador o trabajadora tienen un plazo de
prescripción de 10 años y las salariales un plazo de cinco años.
El artículo 14 incorpora como oficiales
los idiomas indígenas a la relación de trabajo y se establece la
obligación por parte de la empresa de comunicar en dichos idiomas toda
clase de disposiciones a los trabajadores que los hablen. Está claro
que, si hay voluntad política, se puede garantizar que las lenguas
minoritarias de un estado sean oficiales también en el mundo laboral.
Además, se incluye la posibilidad de
detención del empresario o empresaria que desacate la sentencia de
readmisión de un trabajador o trabajadora despedida injustificadamente,
que viole el derecho de huelga, o que incumpla las órdenes de las
autoridades administrativas del trabajo o para el empresario que cierre
una empresa o centro de trabajo de forma ilegal e injustificada (arts.
538 y 539).
Una vez vistos los grandes avances que
esta ley supone para la clase trabajadora venezolana (y, debido a su
referencialidad, para la clase trabajadora mundial), está claro por qué
los medios de comunicación al servicio (y en muchos casos, propiedad) de
la patronal, de la banca y de las clases gobernantes en el Estado
español y en la UE, no han informado sobre los contenidos de esta ley
del Gobierno de Chávez. Supondría reconocer que Chávez gobierna para la
mayoría del pueblo venezolano que lo ha elegido en reiteradas ocasiones,
mientras que los gobiernos de la UE y los del Estado español, estatales
y autonómicos, imponen los dictados de una minoría, de una oligarquía
que solo tiene como objetivo recortar derechos laborales, sociales y
sindicales. Precisamente, esos mismos derechos que desde mayo de este
año están mejor protegidos en Venezuela gracias a la LOTTT aprobada por
el Gobierno bolivariano de Chávez. Supondría reconocer, en definitiva,
que si hay voluntad política, se pueden hacer otras políticas laborales y
sociales.
El triunfo de Chávez en las próximas
elecciones del 7 de octubre será un triunfo del pueblo trabajador y las
clases populares venezolanas, que centenares de miles de personas
trabajadoras y luchadoras en todo el mundo también celebraremos.
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