Desde hace unos días viene circulando por internet una reflexión a la que cada día se va sumando más gente.
Es una reflexión anónima pero que se realiza desde el conocimiento interno de las plataformas sindicales y queríamos compartirlo con tod@s vosotr@s.
Os lo dejamos aqui expuesto para que lo leais y comenteis.
Un saludo compañer@s
NO ESTAREMOS SIENDO DEMASIADO "BUENITOS"
No
hace falta ni describir la situación social y económica que está
atravesando el país porque es de sobra conocida. Miles de familias
desahuciadas de sus casas por los Bancos al no poder pagar la hipoteca o
el alquiler, decenas de miles de trabajadores que reciben de un día
para otro una carta de despido después de haber estado años trabajando
en ese lugar, contratos por debajo del salario mínimo con hasta 12 horas
de trabajo por día y, muchas veces, sin siquiera descanso semanal,
emigración en masa de jóvenes que han dicho basta a entregar currículos
sin esperanza alguna, miedo a perder el trabajo al mínimo movimiento,
retraso en el pago de nóminas, descuentos y rebajas de salarios como
excusa para poder sostener el empleo precario, quita permanente de
derechos que costaron mucho en conseguirse, pero eso sí, todo aliñado
con subida del agua, de la luz, del IVA, del gas, del transporte…
Ante
ello cabe preguntarnos cómo estamos respondiendo a esta agresión sin
precedentes y que, por cierto venimos padeciendo desde hace varios años,
con gobiernos PSOE y con los del PP. En este contexto los dos
sindicatos mayoritarios han llamado a sus organizaciones amigas a una
Cumbre Social para que vuelva el estado del bienestar (el capitalismo
con rostro humano), y han realizado dos grandes movilizaciones como
preparación de la huelga general del próximo 14 de noviembre.
Conminemos
en que todo tiene un aire de “todos contra el PP”, y que vuelva el PSOE
con algún aliado, que se antoja una respuesta muy pobre (por no decir
repugnante) para la situación que atraviesan millones de personas.
Tanto, que lo que sí debería ser puesto en solfa es la propia naturaleza del sistema capitalista,
cuestionar de arriba a abajo esta forma letal en que nos han
organizado, y no limitarse a pasear pancartas para pedir un referéndum
que demuestre el poco apoyo a las medidas y maldades del gobierno. Con
las formas y objetivos de la Cumbre Social, es evidente que la clase
dominante no pierde el sueño pero, sobre todo y más importante, no se es
capaz de dar a los afectados directos de la crisis la ilusión mínima
necesaria para romper con el lastre del pactismo y la negociación, y
tomar las calles de verdad.
Quizás por ello, no
son pocas las personas que ven en la táctica y estrategia de CC.OO y
UGT un mero dique de contención en defensa del propio sistema.
De ahí la necesidad urgente de organizarse al margen de quien quiera
preservar el capitalismo. Por todo esto, el llamado “buenismo”, el
cumplir a rajatabla con el manual consensuado de protesta con los
límites políticos y legales que marca el propio sistema, y que todo ello
se envuelva en el decálogo de las buenas costumbres y usos
democráticos, debería originar al menos una reflexión. Si en la trinchera enemiga no tienen miedo de clase es que algo estamos haciendo mal.
Quizás, incluso, el acudir a sus manifestaciones para que los muchos
Toxos y Méndez salgan en la foto con miles de fieles detrás tendría que
pensarse dos veces.
Fuente FSM
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