Miles de personas protestaron hoy en Tesalónica, la segunda mayor
ciudad de Grecia, en contra de una nueva ronda de recortes de salarios y
pensiones exigidos por prestamistas internacionales a cambio de ayuda
financiera para evitar la bancarrota del país.
Fuente: Agencias
La manifestación de alrededor de 15.000
sindicalistas y activistas de izquierda fue la primera gran protesta
contra un paquete de austeridad de casi 12.000 millones de euros que
está siendo preparado por el primer ministro Antonis Samaras para
apaciguar a inspectores de la Unión Europea y del Fondo Monetario
Internacional que arribaron a Atenas el viernes para revisar el avance
de las reformas griegas.
Unos pocos manifestantes quemaron
banderas de la Unión Europea, mientras que otros lanzaron sandías y
duraznos en apoyo a los atribulados agricultores, pero además de eso las
protestas mayormente pacíficas se desarrollaron sin incidentes ante la
mirada de cerca de 3.500 policías.
Grecia vive su peor crisis económica de
la posguerra que ha dejado desempleado a casi una de cada cuatro
personas, que ha elevado los niveles de pobreza y cerrado miles de
negocios.
En un quiebre con la tradición, Samaras
hizo sólo una breve aparición para inaugurar el evento y defender los
recortes planeados en vez de realizar el discurso anual de política
económica que solían hacer sus predecesores.
"Estamos tratando de minimizar el dolor
de los recortes tanto como sea posible, pero tenemos que hacer recortes
porque no hay otro camino", declaró Samaras ante políticos y
funcionarios locales.
"Les estoy diciendo la verdad, no hay otro camino", añadió.
El líder opositor Alexis Tsipras, jefe
del partido radical de izquierda SYRIZA que se opine al rescate
extranjero para Grecia, criticó a Samaras por su aparición de bajo
perfil en el evento.
"El primer ministro vino y se fue como
un ladrón - quizás está avergonzado", comentó Tsipras, quien participó
en las manifestaciones.
Samaras se opuso al primer rescate de
Grecia en el 2010, pero desde que llegó al poder en junio ha prometido
llevar a cabo otra ronda de austeridad que el fatigado público griego
siente que ya no puede aguantar.
Samaras y el ministro de Finanzas,
Yannis Stournaras -un respetado economista-, han conseguido cautelosos
elogios de sus contrapartes europeas por rehusar a dar pie atrás en los
recortes, pero enfrentan una creciente hostilidad en casa en la medida
en que la depresión económica griega se intensifica.
El Gobierno, que espera conseguir otros
dos años para implementar los recortes -programados para el 2013 y el
2014-, afirma que la economía griega se contraerá en más de un 7 por
ciento este año.
Se espera una serie de protestas para
los próximos días cuando funcionarios de la llamada troika compuesta por
la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco
Central Europeo (BCE) concluyan una revisión que determinará si Grecia
obtendrá el próximo tramo de ayuda en el marco de su más reciente
rescate y si evita una cesación de pagos desordenada.
Fuente KAOSENLARED
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